La inseguridad es el resultado de 26 años de gobierno justicialista

Desde 1987 el PJ gobierna la Provincia de Buenos Aires. Hace, nada más y nada menos  que 26 años. Desde entonces a la fecha, la situación de la seguridad pública fue  empeorando día a día como producto de la improvisación, las malas políticas implementadas, pero también de la utilización de la misma como variable de ajuste de sus propias internas.
Primero fueron los “poderosos barones del conurbano” los que digitaban a sus comisarios amigos, para garantizar negocios y negociados. Luego fue la “maldita policía”, la del “gatillo fácil”, la que convulsionó a la opinión pública. Ahora, en nuestros tiempos, hablamos del “desmanejo absoluto”, de los cambios constantes en la fuerza, de la improvisación que contagia el temor cotidianamente a cada uno de los bonaerenses.
Todas esas cuestiones tienen como víctimas a todos los habitantes de la Provincia de Buenos Aires y un sólo responsable, el Partido Justicialista con cada una de sus versiones desde Cafiero hasta Scioli.
Desde la Junta Central del radicalismo de La Plata, ante la crisis extrema en el sistema de seguridad pública, proponemos que el actual gobierno provincial de paso a la concreción de una verdadera política de Estado, lo haga creando un estamento autárquico, en donde confluyan académicos, integrantes en actividad y retirados de la fuerza policial, organismos de derechos humanos, partidos políticos, ONGs, y referentes sociales, para así, entre todos, buscar revertir el estado actual de desgobierno en materia de seguridad que nos afecta a todos”.
Los radicales de La Plata acompañamos el reclamos de cada uno de los vecinos, porque en definitiva la inseguridad es un mal que padecemos todos. El delito no entra a cada casa o ataca a cada transeúnte discriminando por partido político o pensamiento de la víctima, lo hace en contra de todos; y por eso somos toda la sociedad la que tenemos que responder. Hay que movilizarse en paz, con tranquilidad, pero exigiendo a las autoridades una reacción rápida para que el delito no nos gane la batalla.