El presidente de la restauración democrática, Raúl Alfonsín, recibió en el Congreso el último adiós de la sociedad argentina y de dirigentes de todo el arco político nacional e internacional.
Tras 24 horas de un incesante paso de hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos por el Palacio Legislativo, se cerraron las puertas del Salón Azul y se trasladaron los restos del caudillo radical en una emotiva caravana por la Avenida Callao, enmarcada en la emoción y el respeto, rumbo al cementerio de la Recoleta.
José Sarney (ex presidente de Brasil): "Alfonsín abrió el camino a la construcción política que hoy tienen Brasil y Argentina. Fue un fanático de la pelea por la libertad y como tal luchó para derribar todas las dictaduras de América Latina, sin él no hubiese sido posible en aquellos años iniciar la integración de la que hoy gozamos entre nuestros países y que se ejerce también en nuestra América del Sur".
Graciela Fernández Meijide (ex funcionaria de la Alianza): "Alfonsín tuvo visión cuando detectó que la población estaba harta de la dirigencia que recurría a los cuarteles. Tuvo coraje para enfrentarse a la dictadura y también para batallar los últimos momentos de su vida. Te vamos a recordar por tu bohnomía, por tus rabietas, por tu humildad y por tu honradez en el manejo de la cosa pública".
Tras 24 horas de un incesante paso de hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos por el Palacio Legislativo, se cerraron las puertas del Salón Azul y se trasladaron los restos del caudillo radical en una emotiva caravana por la Avenida Callao, enmarcada en la emoción y el respeto, rumbo al cementerio de la Recoleta.
Tras el velatorio, se produjo la primera tanda de discursos, de los que se destacan los siguientes fragmentos:
Víctor Martínez (vicepresidente del período 1983-1989): "Con la muerte de Alfonsín se ha cerrado el libro de la existencia física pero se ha abierto su legado imperecedero.
Ernesto Sanz (titular del bloque de senadores nacionales de la UCR): "Alfonsín es uno de esos hombres distintos, único, inigualable, imprescindible. Su vida trascendió su mandato, no fue servidor de una sociedad, sino constructor de una sociedad, y su legado es el mismo de su conducta".
Eduardo Fellner (presidente de la Cámara de Diputados): "Alfonsín fue un militante, un luchador de la democracia y la libertad".
Gerardo Morales (titular del Comité Nacional de la UCR): "El capital social que representa la multitud de ciudadanos congregados por la democracia, entusiasma. Los políticos y especialmente los radicales tenemos el desafío de capitalizar este capital social a través del diálogo".
José Sarney (ex presidente de Brasil): "Alfonsín abrió el camino a la construcción política que hoy tienen Brasil y Argentina. Fue un fanático de la pelea por la libertad y como tal luchó para derribar todas las dictaduras de América Latina, sin él no hubiese sido posible en aquellos años iniciar la integración de la que hoy gozamos entre nuestros países y que se ejerce también en nuestra América del Sur".
Julio Cobos (vicepresidente de la Nación): "Este es el momento más trascendente de mi vida, honrar a un hombre, homenajear a un gigante de la democracia, al presidente de todos. Pero el mayor homenaje lo ha realizado el pueblo argentino, con muestras de dolor y de reconocimiento".
Luego se ofició una Misa en la explanada del Congreso, oficiada por José María Arancedo, primo hermano de Raúl Alfonsín, quien destacó la despedida de un "hombre bueno y honesto. El testimonio de afecto a su persona en todo el país nos habla de un reconocimiento a su altura moral, a sus cualidades cívicas y su hombría de bien".
Ya en el cementerio de la Recoleta, prosiguieron los mensajes en memoria del líder radical:
Daniel Salvador (presidente del Comité Provincia de la UCR): "Tenía un gran desafío: unir sus convicciones con la responsabilidad. Cumplió con la ética de las convicciones cuando se investigó las violaciones de los derechos humanos y con la responsabilidad cuando no puso en peligro la democracia hacia el futuro.
Julio María Sanguinetti (ex presidente de Uruguay): "Aquella jornada de 1983 nosotros la festejamos también como propia. Su figura se va agrandando con el paso del tiempo. Un estadista como Raúl no muere. Su obra lo mantiene vigente. Él es un símbolo de democracia, un símbolo de libertad".
Enrique Nosiglia (dirigente radical): "En 1983 fue necesario comenzar de nuevo y el gobierno de Alfonsín fue posible merced a la participación de todos y cada uno de los ciudadanos. El estar juntos fue lo que nos hizo retomar la esperanza. Alfonsín siempre impulsó el diálogo y nos enseñó a saber escuchar. Su cualidad de estadista le permitió comprender que ningún camino es fácil y que los obstáculos se vencen con perseverancia y paciencia. Siempre nos llamó a la mesura".
Mario Losada (ex senador): "Alfonsín tenía siempre un sentido superador, por eso muchas veces nos pasó que no interpretamos bien y no coincidíamos. Muchas veces no coincidimos; lo que nadie puede discutir es que la democracia está en la Argentina gracias a ciertas decisiones que se tomaron".
Graciela Fernández Meijide (ex funcionaria de la Alianza): "Alfonsín tuvo visión cuando detectó que la población estaba harta de la dirigencia que recurría a los cuarteles. Tuvo coraje para enfrentarse a la dictadura y también para batallar los últimos momentos de su vida. Te vamos a recordar por tu bohnomía, por tus rabietas, por tu humildad y por tu honradez en el manejo de la cosa pública".
Leopoldo Moreau (ex senador): Las sociedades generan paternidades. De Alfonsín se puede decir y se dice que es el padre de la democracia, pero no se dice que además fue un padre bueno porque convencía. Por eso fue un líder democrático".
Hipólito Solari Yrigoyen (presidente de la Convención Nacional de la UCR): "Con la muerte de Raúl Alfonsín se ha perdido al mejor hombre de esta generación. Un presidente que garantizó libertades y derechos. Fue el hombre representativo de la democracia; un piloto hábil en medio de la tormenta".
Antonio Cafiero (ex gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1987 y 1991): "Aprendí que un buen político sólo es el que tiene sueños y yo advertí inmediatamente que Alfonsín tiene sueños. El que sueña solo, sólo sueña, el que sueña con otros hace la historia. Alfonsín soñaba con otros. Admiré su humildad. Yo vengo de un partido lleno de borrascas, cómo no podía sino admirar su serenidad. Nunca le oí una frase contra la imagen de un adversario. Radicales, Alfonsín ya no les pertenece, Alfonsín es de todos".
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