Por César Arrondo (*)
Ricardo Balbín nació en el año 1904 en la Capital Federal, y vivió algunos años en el interior de la provincia de Buenos Aires, entre ellos (Laprida y Ayacucho), los cuales, lo tuvieron como joven vecino.
Desde pequeño comenzó a incursionar en la política en momentos en que el país, a través de la ley Saenz Peña, investía a Hipólito Yrigoyen como presidente de la República.
Luego de concluida su educación en el Colegio San José de la Ciudad de Buenos Aires, realizó su carrera universitaria en la ciudad de La Plata, donde se graduó como abogado y participó como militante en defensa de las ideas de la reforma universitaria, cuando el país, asistía un 6 de septiembre al primer golpe de Estado en la Argentina.
Ricardo Balbín en esa etapa nefasta para la democracia, se pondrá al frente del Comité de la Sección Primera de La Plata de la Unión Cívica Radical, con el firme propósito de reorganizar el radicalismo y resistir al régimen conservador.
Su actividad política en un país con dificultades determinó que Ricardo Balbín fuera electo diputado nacional en dos oportunidades (1931 y 1940), cargos que no asumió, porque las elecciones estaban viciadas de fraude.
Nuevamente fue elegido diputado nacional en el año 1946, formando parte del Bloque Radical de los 44, convirtiéndose en un dirigente importante de la Unión Cívica Radical.
Fue Ricardo Balbín quien defendió desde su banca las instituciones republicanas, la libertad de prensa y el pluralismo democrático, lo cual, le costo ir a la cárcel en el año 1950.
Balbín fue presidente del partido radical en el año 1959, pero nunca fue presidente de la República, a pesar de haber sido candidato en cuatro oportunidades.
El derrocamiento de Arturo Illia fue un duro golpe para el radicalismo, para Balbín y para el país. En este sentido, el dirigente inició una etapa de permanente defensa de las instituciones republicanas, la vigencia de la democracia y la búsqueda de denominadores comunes entre las fuerzas populares del país.
Entre sus acciones a favor de consolidar la república y el pluralismo podemos destacar: el impulso de la Hora del Pueblo, La Multipartidaria y el encuentro con Juan Domingo Perón, este último, sin especulaciones partidarias ni personales, porque sabía que con ese gesto político, el radicalismo perdería una importante franja de sus tradicionales votantes, pero ganaba el país.
Ricardo Balbín fallece un 9 de septiembre de 1981, y su figura se agiganta con el correr de los años, como un claro ejemplo de republicanismo y honestidad, como así también, en constituir una referencia en la defensa del dialogo, como una forma necesaria de hacer política, y de las instituciones democráticas del país.
(*) Profesor de la Universidad Nacional de La Plata
Ricardo Balbín nació en el año 1904 en la Capital Federal, y vivió algunos años en el interior de la provincia de Buenos Aires, entre ellos (Laprida y Ayacucho), los cuales, lo tuvieron como joven vecino.
Desde pequeño comenzó a incursionar en la política en momentos en que el país, a través de la ley Saenz Peña, investía a Hipólito Yrigoyen como presidente de la República.
Luego de concluida su educación en el Colegio San José de la Ciudad de Buenos Aires, realizó su carrera universitaria en la ciudad de La Plata, donde se graduó como abogado y participó como militante en defensa de las ideas de la reforma universitaria, cuando el país, asistía un 6 de septiembre al primer golpe de Estado en la Argentina.
Ricardo Balbín en esa etapa nefasta para la democracia, se pondrá al frente del Comité de la Sección Primera de La Plata de la Unión Cívica Radical, con el firme propósito de reorganizar el radicalismo y resistir al régimen conservador.
Su actividad política en un país con dificultades determinó que Ricardo Balbín fuera electo diputado nacional en dos oportunidades (1931 y 1940), cargos que no asumió, porque las elecciones estaban viciadas de fraude.
Nuevamente fue elegido diputado nacional en el año 1946, formando parte del Bloque Radical de los 44, convirtiéndose en un dirigente importante de la Unión Cívica Radical.
Fue Ricardo Balbín quien defendió desde su banca las instituciones republicanas, la libertad de prensa y el pluralismo democrático, lo cual, le costo ir a la cárcel en el año 1950.
Balbín fue presidente del partido radical en el año 1959, pero nunca fue presidente de la República, a pesar de haber sido candidato en cuatro oportunidades.
El derrocamiento de Arturo Illia fue un duro golpe para el radicalismo, para Balbín y para el país. En este sentido, el dirigente inició una etapa de permanente defensa de las instituciones republicanas, la vigencia de la democracia y la búsqueda de denominadores comunes entre las fuerzas populares del país.
Entre sus acciones a favor de consolidar la república y el pluralismo podemos destacar: el impulso de la Hora del Pueblo, La Multipartidaria y el encuentro con Juan Domingo Perón, este último, sin especulaciones partidarias ni personales, porque sabía que con ese gesto político, el radicalismo perdería una importante franja de sus tradicionales votantes, pero ganaba el país.
Ricardo Balbín fallece un 9 de septiembre de 1981, y su figura se agiganta con el correr de los años, como un claro ejemplo de republicanismo y honestidad, como así también, en constituir una referencia en la defensa del dialogo, como una forma necesaria de hacer política, y de las instituciones democráticas del país.
(*) Profesor de la Universidad Nacional de La Plata
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