jueves, 27 de agosto de 2009

Comunicación Audiovisual: No hay condiciones democráticas de debate


La Argentina necesita una legislación moderna e integral sobre medios de comunicación y sus realidades tecnológicas, pero sobre todo precisa una ley que garantice las libertades de expresión, de opinión y de prensa.

El escaso respeto por los mecanismos, las herramientas y las instituciones de la República demostrado por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, obliga a reclamar una norma que tutele los derechos de los ciudadanos a expresarse e informarse con pluralidad, independencia y responsabilidad, replicar si fuera necesario, y acceder a la información sobre el manejo de los recursos públicos.

De trampas, zancadillas y estafas, el kirchnerismo viene esclareciendo a la Nación desde hace algún tiempo. En especial después de conocer la opinión mayoritaria expresada en las urnas el pasado 28 de junio, donde el pueblo dijo basta a la manipulación, el abuso y la demagogia mediante el sagrado instrumento del voto.

El Comité Nacional de la UCR, entonces y ante la presentación de un proyecto de gran envergadura y trascendencia para la Nación, observa que no están dadas las condiciones y las garantías políticas necesarias para un serio tratamiento en el Congreso, con amplio y participativo debate en conjunto de las iniciativas con estado parlamentario. La estrategia de hacer valer una mayoría circunstancial, pone en jaque a la democracia doblegando libertades al mejor estilo chavista, con medios de rodillas replicantes del discurso oficial.

Evitar –como se pretende- la discusión en la Comisión de Libertad de Expresión, presidida por la oposición, dejará al descubierto el temor a la confrontación de ideas de un oficialismo que tiene como único objetivo promulgar una ley contra un ocasional enemigo.

La comunidad debe garantizarse una norma para su conjunto. La sola posibilidad de que enriquezca aún mas a los amigos del poder quienes, en la ideologización simplista de "nosotros buenos, contra los otros malos", siguen acumulando cifras siderales tanto en oscuros negocios de medios de comunicación como en el juego o en las obras públicas, devela un alto grado de autoritarismo. ¿Hasta cuando se podrá permitir luchar contra los monopolios conformando otro monopolio?

Advierte la UCR, además, que el mínimo intento de concentración de cualquier signo -incluso gubernamental- afectando el proceso de consolidación de la democracia merecerá su impugnación. Así lo ha sido por parte de este partido político ante las acciones de privatización de la década de los noventa, cuando el justicialismo liderado por el ex Presidente Carlos Menem formalizó la primer concentración de medios; o la ratificación de 2005, cuando, el también justicialista, el ex Presidente Néstor Kirchner extendió las licencias por varias décadas confirmando esa concentración de muchos negocios de información y entretenimiento en poquísimas pero poderosas manos con el anhelo –no justamente ingenuo- del control del mensaje.

En el mismo sentido, la pretensión autoritaria de acumular poder y presionar con dineros del Estado será –desde ya- rechazada de plano.

La construcción de consensos, en especial para legislación de fondo como es el modelo de comunicación es fundamental y, en ese sentido, la UCR brega por más democracia con medios y periodismo independientes, honestos, tolerantes y pluralistas.

El Radicalismo defiende las libertades de prensa, expresión y opinión, pero también a los periodistas y medios de comunicación independientes que en la Argentina entienden que la verdad es el contenido y, a la vez, el continente de las libertades democráticas todas.

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